Resumen
Gracias a que mi padre hizo lo mejor que pudo, a pesar de estar en un préstamo de vivienda de dos generaciones, ¡pude conseguir mi propia casa unifamiliar! Mientras iba de compras la tarde del día en que me mudé a petición de mi hermano menor, una encantadora chica de cabello azul me pidió ayuda. Me dijeron que era un secuestro, eliminé al perpetrador con un lazo y lo que aparecieron en realidad fueron dos huevos grandes. ¡Tan pronto como los toqué, se partieron y aparecieron dos niñas! En ese momento, la peliazul gritó: “¡Tú eres el papá!”